La Navidad en el Price es el gran momento de este enorme teatro. Es sin duda el espectáculo que más funciones realiza del año y al que más público asiste. Los últimos 8 años la producción de la Navidad había corrido por cuenta de Productores de Sonrisas (los hermanos González) con un bagaje que incluía grandes nombres en la dirección y en la pista.
Este año se decidió realizar una convocatoria para seleccionar a la nueva dirección artística del espectáculo. Recayó en Javier Jiménez, director artístico de la escuela de circo de Madrid, Carampa (Premio Nacional de Circo 2011). Todo un reto que han afrontado en asociación con la productora Som! (Sold Out Media).
El espectáculo gira en torno a una recreación de los viajes de Marco Polo desde la mirada de dos niños, Marco y Pili, que realizan un trabajo escolar. Así, se van sucediendo increíbles aventuras mientras realizan la Ruta de la Seda y llegan al palacio del Gran Khan. Valiente apuesta la de este año: dejando de lado la temática navideña, pero manteniendo el enfoque infantil.
Marco está interpretado por un divertido Jose Luis Redondo, al que se le agradecen los momentos de improvisación con el público, su punto fuerte. Leticia Vetrano es Pili, y logra una buena conexión con el público infantil. Los asiste Roberto Carlos Rodrigues "Beto", quizá algo infrautilizado como acróbata. El Gran Khan es una enorme marioneta creada por Javier Gallego que aporta el toque exótico y se mueve con gracia por la pista.
De las actuaciones, destaca por encima de todos la troupe asiática Shi Xinghui con sus leones chinos y sus increíbles acrobacias sobre los postes, gran colofón del espectáculo. También muy espectacular el faquir de fuego Shade Flamewater, que consigue dominar las llamas a su antojo. Los malabares horizontales de Emiliano Sánchez Alessi, unos bellos balones orbitando a su alrededor en diferentes patrones, consigue un gran efecto entre el público. Milena Oksanen consigue que más de uno intente no mirar en sus vuelos y piruetas sobre el trapecio swing. Completaron el elenco Nini Storm y Jeremías Faganel a los mástiles, el trío de telas aéreas María Garaizabal, Diana Páez y Carla Rojas, la troupe ucraniana de tramp wall U Show Team y Hedda Lukkala con la rueda Cyr.
Si bien el nivel es alto, se echa de menos algún número rompedor, de esos que levantan al público del asiento, aunque el conjunto es homogéneo.
Mención especial a la banda dirigida por Juan Sánchez y Valentín Iturat. Todo espectáculo circense gana mucho con música en directo y se agradece la apuesta por ella. Quizá se podría trabajar más en la enfatización musical de algunas actuaciones para no "aplanarlas", pero poder sentir el acompañamiento en directo es un placer.
Los Viajes de Marco y Pili es, en conjunto, un buen espectáculo que no defraudará pese a que no hayan apostado por la temática navideña ni por una escenografía fastuosa. Está más centrado en la historia y las actuaciones, y aunque ha habido algunas quejas de espectadores al respecto (cuesta cambiar del imaginario colectivo la simbiosis de circo+Navidad), la inmensa mayoría sale satisfecho del circo. Hasta el 7 de enero se puede disfrutar en el Teatro Circo Price.
Este año se decidió realizar una convocatoria para seleccionar a la nueva dirección artística del espectáculo. Recayó en Javier Jiménez, director artístico de la escuela de circo de Madrid, Carampa (Premio Nacional de Circo 2011). Todo un reto que han afrontado en asociación con la productora Som! (Sold Out Media).
El espectáculo gira en torno a una recreación de los viajes de Marco Polo desde la mirada de dos niños, Marco y Pili, que realizan un trabajo escolar. Así, se van sucediendo increíbles aventuras mientras realizan la Ruta de la Seda y llegan al palacio del Gran Khan. Valiente apuesta la de este año: dejando de lado la temática navideña, pero manteniendo el enfoque infantil.
Marco está interpretado por un divertido Jose Luis Redondo, al que se le agradecen los momentos de improvisación con el público, su punto fuerte. Leticia Vetrano es Pili, y logra una buena conexión con el público infantil. Los asiste Roberto Carlos Rodrigues "Beto", quizá algo infrautilizado como acróbata. El Gran Khan es una enorme marioneta creada por Javier Gallego que aporta el toque exótico y se mueve con gracia por la pista.
De las actuaciones, destaca por encima de todos la troupe asiática Shi Xinghui con sus leones chinos y sus increíbles acrobacias sobre los postes, gran colofón del espectáculo. También muy espectacular el faquir de fuego Shade Flamewater, que consigue dominar las llamas a su antojo. Los malabares horizontales de Emiliano Sánchez Alessi, unos bellos balones orbitando a su alrededor en diferentes patrones, consigue un gran efecto entre el público. Milena Oksanen consigue que más de uno intente no mirar en sus vuelos y piruetas sobre el trapecio swing. Completaron el elenco Nini Storm y Jeremías Faganel a los mástiles, el trío de telas aéreas María Garaizabal, Diana Páez y Carla Rojas, la troupe ucraniana de tramp wall U Show Team y Hedda Lukkala con la rueda Cyr.
Si bien el nivel es alto, se echa de menos algún número rompedor, de esos que levantan al público del asiento, aunque el conjunto es homogéneo.
Mención especial a la banda dirigida por Juan Sánchez y Valentín Iturat. Todo espectáculo circense gana mucho con música en directo y se agradece la apuesta por ella. Quizá se podría trabajar más en la enfatización musical de algunas actuaciones para no "aplanarlas", pero poder sentir el acompañamiento en directo es un placer.
Los Viajes de Marco y Pili es, en conjunto, un buen espectáculo que no defraudará pese a que no hayan apostado por la temática navideña ni por una escenografía fastuosa. Está más centrado en la historia y las actuaciones, y aunque ha habido algunas quejas de espectadores al respecto (cuesta cambiar del imaginario colectivo la simbiosis de circo+Navidad), la inmensa mayoría sale satisfecho del circo. Hasta el 7 de enero se puede disfrutar en el Teatro Circo Price.
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