El Encuentro Universitario de Circo de Madrid (EUCIMA) celebró su séptima
edición el pasado fin de semana del 16 al 19 de abril. Siete ediciones que dan fe de la consolidación del evento. Este año con nuevo récord de asistentes: más de 750 inscritos que pudieron disfrutar de cuatro días repletos de actividades circenses.
Tres carpas estaban previstas esta edición, como en los grandes encuentros europeos. A parte de la
gran carpa de El Elefante Blanco, se instalaron otras dos más, la de
Rola-Bola (patrocinada por Juegos Malabares) y el domo de Kikolas. Pensadas todas para acoger talleres,
espectáculos y conferencias. Además se contó con un pabellón de
una facultad cercana para poder realizar entrenamientos a cubierto, aunque más pequeño que años previos.
Como espectáculos de calle se pudo disfrutar del incorregible Dos Perillas, cuyas tablas e irreverencia lo convierten en
entretenimiento asegurado, y a Jean Philippe Kikolas, con su cuidado
y estético personaje del cartero. También se dio mucha importancia
al público infantil, reservando una mañana a actividades para que
los más pequeños comiencen a conocer y practicar circo. Más de 150
niños pudieron disfrutar de estas actividades.
Una de las novedades de
esta edición fue la de planificar unas Jornadas de Circo Social.
Repartidas en dos días, jueves y viernes, consistieron en conferencias, coloquios y
debates de tres ONG dedicadas al circo social, entre otros proyectos:
Payasos Sin Fronteras, Pallasos en Rebeldía, Circo de Piruleto y Acircándonos.
Interesantes jornadas que confirman el auge del circo como
herramienta para promover fines sociales.
Los problemas legales.
El encuentro iba viento en popa, pero apareció la policía a informar de que el evento no contaba con la licencia autorizada del Ayuntamiento. Tras la lamentable
negligencia del Madrid Arena, en Madrid la burocracia para organizar
eventos ha aumentado, se exige más para conceder las licencias
pertinentes. Pese a desarrollarse en un terreno abandonado de la
Universidad Complutense, ésta no facilitó nada la tarea, obligando
a la organización a tramitar directamente con el Ayuntamiento la
documentación requerida (Planes de evacuación, seguros de
responsabilidad civil, certificación de las carpas, etc). Se entregó
todo y el Ayuntamiento denegó la licencia, pero sin notificárselo a
la organización, enterándose ésta cuando ya había comenzado el
evento. Tras una larga y crítica reunión con el Ayuntamiento el mismo jueves 16, se consiguieron
unas horas para una subsanación. Se suspendió el concierto de esa noche y toda la organización subió al escenario para informar a los asistentes de la situación. Por suerte, todo fue comprensión y apoyo por parte de los inscritos, facilitándo mucho la dura tarea. El EUCIMA redujo su
infraestrutura, se recogieron dos de las tres carpas, se aumentó la
señalización y los extintores, se consiguieron los documentos
requeridos y finalmente se autorizó la actividad. Pese a la alegría
por haberlo conseguido, este contratiempo supuso un gran desgaste
físico y emocional para toda la organización, que estuvo a punto de
ver cómo el EUCIMA tenía que ser cancelado una vez iniciado.
Por suerte todo pudo seguir su curso y el mismo viernes ya se reprogramaron las actividades. El buen tiempo acompañó por fin al EUCIMA y muchos de los talleres pudieron celebrarse pese a no contar con las carpas ni el pabellón grande. A las 20:00 h estaba todo el mundo convocado en el Teatro Circo Price, que por segundo año consecutivo acogió la esperada Gran Gala del encuentro.
Neta y Gon. Foto: Javi Cassi |
Tras el
éxito del año previo, este año se alcanzaron las 1200 localidades
vendidas, creando un gran ambiente que acogía a los artistas. Este
año la Gala formaba parte del ciclo de circo “Miradas de Circo:Madrid”, organizado por el Price. La Gala estuvo conducida con
acierto por El Gran Dimitri, que demostró su saber hacer y humor en
este tipo de espectáculos. Abrió la noche Ramiro Vergaz,
malabarista de mazas de alto nivel que además baila a ritmo de
swing. El segundo fue Iván G. Torre, integrante de la organización,
que presentó su potente número de verticales. Tras él Álex
Pastor, con un número limpio de straps que introdujo haciendo un loop musical. En dos entradas alternas,
sin música, Neta Oren y Gon Fernández mostraron su investigación
en bolas y estilo único de aros. Camille Chatelain hizo un número
de bicicleta acrobática mientras cantaba con su voz sedosa. Después,
Guillaume Martinet, de la Cía De Fracto, con sus extravagancias y
lanzamientos imposibles a las tres bolas. Para culminar, dos
premiadas actuaciones como fueron las de la Cía Circ Pistolet a las
acrobacias grupales y la de Aimé Morales con su rueda cyr. Con un
perfil global más contemporáneo que las galas previas, el nivel se
mantuvo y las impresiones generales también fueron muy positivas. Con el subidón de la Gala, la fiesta se celebró después en la carpa, con el concierto de Papawanda, que ayudó a recobrar las sonrisas perdidas en la burocracia.
El sábado se celebró el disputado campeonato de Volley Maza, así como una exhibición de monociclistas y la actuación de calle de Jean Philippe Kikolas. Los talleres siguieron siendo multitudinarios y el ambiente excelente. Por la noche se pudo disfrutar del concierto de Gazpacho Funky Trio como previo a la noche de fuego y al Cabaret.
Pese a que otros años el cabaret celebrado en la carpa también había sido un éxito, este año no pudo decirse lo mismo. Presentado por Joshu Larrey, su personaje hipster no consiguió conectar y, pese a la buena disposición del público, el ánimo y el ritmo del cabaret cayeron en picado. Sólo lo salvaron actuaciones como el Dúo Plásmata al cuadrado aéreo, la de cuerda de Fernando Arévalo, la de hula de Bárbara o la de yoyó de Daniel Tamariz. Por suerte después vinieron un Renegade y una noche que hicieron olvidar las actuaciones desafortunadas.
Imágenes: Javi Cassi
Más imágenes y vídeos en: https://www.facebook.com/circochaminade
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