El pasado fin de semana
del 25 al 27 de abril tuvo lugar una nueva edición de uno de los
encuentros más veteranos del panorama nacional: el Encuentro deMalabaristas de Zaragoza, y van 8 ediciones. Asentado desde hace 3
ediciones en Utebo, municipio situado a unos 15 km de la capital
maña, el encuentro goza de muy buena salud. Sus organizadores, la
AMZ (Asociación de Malabaristas de Zaragoza), demuestran que siguen
en forma y con capacidad para seguir dando guerra y difundir el
circo.
El encuentro este año
tuvo una asistencia de unos de casi 200 participantes. Que volvieron a disfrutar de las instalaciones alrededor del pabellón multiusos de Utebo. Es de agradecer la cercanía de todo el encuentro, donde en menos de 500 metros tenías el pabellón, la zona de acampada, la práctica al aire libre, las duchas, el bar, el párking y la zona de conciertos. Y todo a menos de 5 minutos andando de la Plaza de la Concordia, donde se celebran los espectáculos de calle y las olimpiadas.
El viernes comenzó con
la llegada de los primeros participantes, algunos tímidos talleres y
práctica en el pabellón, y a prepararse para el inicio de los espectáculos del encuentro.
Uccelini |
Por la noche en el
pabellón multiusos esperaba el Mañoret, la gala realizada por
artistas maños. Presentada por Titánicas en el papel de tres
simpáticas ancianas que intentaban explicarnos que era eso tan raro
del circo moderno. Abrió la veda el pausado número de Cía Enlanada
(Isabel Serna) con el mástil. Le sucedieron Carmeneta y Luisa,
Uccelini 3.0, mostrando un curioso número de andamios. Fue un número
de dúo en un andamio aéreo, elemento poco visto, pero que da
bastante juego, buscando las simetrías que un dúo siempre puede
ofrecer. Tras ellas llegó el turno de Rubén, la joven promesa de la
asociación, que a sus 16 años mostró con descaro un número
clásico de pelotas. Aitor y Pinky componen una pareja llamada Su
e Giù, que salieron en dos ocasiones para mostrar su número de
acrodanza, primero, y después cerraron con el trapecio fijo. Antes
del descanso la compañía de Circo La Raspa (Richi di Chous) nos
divirtió con unos curiosos equilibrios sobre maderas, muy
originales, siempre al ritmo de la pegadiza “Cada día estoy másloco” de Sergio Makaroff.
Su e Giú |
Tras el descanso Borja
y Mario mostraron su número llamado “DeLibreAndo”. Un número
muy pensado, mimado y estudiado sobre manipulación de libros,
lástima que se hiciera algo lento y faltase algo de fluidez. El dúo
Come On (Carla y Mónica) ejecutaron una sencilla actuación de telas
con parte teatral. Después vinieron O Man Oh Man (Dani y León, alumnos de
Carampa), con su bonito y agradable número de portés, de esos que
siempre van a gustar. Del cierre se encargaron Alodeyá Cía. (Edu,
Paula y Sofía), un dúo de danza y malabares acompañado al piano.
Recordó al mítico de Stefan Sing y Cristiana Casadio, hecho con muy
buen gusto y consiguiendo transmitir emoción en cada gesto. Reunidos
todos los artistas al final, en el centro de la pista, a saludar al
público puesto en pie. Sorprende la capacidad de producción de
artistas que tiene la región aragonesa, como para estar orgulloso.
El sábado era el día
principal del encuentro, repleto de actividades. Por la mañana el
pabellón albergó a todos los participantes que quisieran entrenar,
practicar malabares, montar en monociclo o asistir a talleres. Un
éxito los talleres de aéreos, que cada vez atraen a más
practicantes y sin duda demuestra que están de moda. Antes de comer estaba programada la actuación de calle de Callejeatro, una veterana compañía que ofrece su divertido número de amor medieval. Por la tarde se
sucedieron los talleres y se programó la actuación de calle de Circo La Raspa. Lástima que la lluvia cancelara algunas de estas actividades, ya
que siempre se agradece ver a los artistas de calle con un público
mitad malabarista mitad “profano”. Por suerte pudo celebrarse el
campeonato de volley-maza casi al completo, disputándose la final en
el pabellón y alzándose con la victoria el equipo maño (¿tongo?).
Se esperaba con ganas
que llegara la noche, que acogería la Gran Gala, siempre el
acontecimiento de cualquier encuentro. Presentada por el veterano
Jorge Albuerne, Zirkus Frak, que se mostró ácido y ocurrente, forzando a
veces un humor al límite, aunque tremendo cuando apareció de
vestido de novia. La responsabilidad de abrir la noche cayó en manos
del dúo Capicúa (Rebeca y Yolanda Gutiérrez) demostrando que su calidad en el
trapecio fijo sigue subiendo y subiendo.
Capicúa |
Después el presentador
realizó una curiosa entrada que acabó en su propia actuación con
el mástil chino mientras hablaba y presentaba al siguiente artista.
No fue otro que Pato el argentino venido desde Francia que con las bolas estuvo excesivamente fallón, no dejando
disfrutar de su estilo fluído tan hipnotizante. Después Mila Martínez, acompañada musicalmente por su propio padre, que presentó un oscuro
número de cuerda lisa lleno de fuerza. Después Nico y Angie, también
artistas locales, incluidos a última hora en el programa (en sustitución del anunciado Thomas Hoetzel), salvaron
la papeleta con un entretenido número de sombreros a ritmo de "Hey! Pachuco" de Royal Crown Revue.
Mila Martínez |
Para la segunda mitad apareció María Cavagnero en la rueda Cyr, disciplina donde no abundan las mujeres. Fue un bonito número, dinámico como acostumbran en la rueda, repasando las acrobacias habituales sobre esta estructura. Tras ella vino Cía La Pulpa con su divertido espectáculo de tango-clown. Quedaba lo mejor para el final, Etienne y Nina con su acrodúo. En este espectáculo, sin música, siguiendo el estilo contemporáneo, se presentan como una pareja, que arregla sus disputas entre acrobacias. Aprovechan su gran técnica para forzar los límites del humor, planteando disputas de género que rechinan, como bofetadas y escupitajos, pero que no dejan indiferentes. Y el gran final fue para uno de los malabaristas más técnicos de Europa, el joven Christof Bruch, que aprovecha una mínima historia para mostrar su increíble talento con las mazas, impecable. Y al final todos los artistas saludando desde la pista y más de 600 personas de pie aplaudiendo, señal de la calidad de la gala.
Christof Bruch |
Casi sin tiempo para recuperarse de la gala empezaban los conciertos. Los primeros fueron los Drunken Cowboys y su autodenominado "country etílico". Un divertido concierto con curiosa puesta en escena, banjos, sombreros de cowboy y mecedoras incluidas.Tras unos minutos de reposo entraban en escena los esperados Perrakos SoundSystem. Son personajes afines al mundo del circo capaces de movilizar a todo el público con sus temazos y juegos durante más de 3 horas, imprescindibles.
El domingo amaneció casi sin resaca, con las olimpiadas y la comida popular esperando al personal.
Las olimpiadas estuvieron muy orientadas a la participación de los niños del pueblo, con varias pruebas para ellos. El resto de pruebas, como siempre aquí, se vieron algo afectadas por el viento, santo y seña de esta provincia. Aunque no por ello dejaron de ser muy divertidas y participativas. Y como manda la tradición, antes de la comida popular hay que celebrar un gran encuentro, ya veterano y con salud, con la nube de malabares lanzados al aire.
¡AMZ, RA, RA, RA!
Enlaces al material audiovisual:
- Galería de Mai Mei.
- Galerías de Youtebo: Gala, Talleres y olimpiadas, Mañoret.
- Canal de Youtebo, con vídeos del encuentro.
Nota: todas las imágenes han sido cedidas por Mai Mei Fotografía.
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