El pasado 3 de abril
dio comienzo el VI EUCIMA (Encuentro Universitario de Circo de
Madrid), organizado por el Aula de Circo Chaminade. Este año se
mostró mucho más ambicioso; para empezar por planificar cuatro días
de encuentro, saliéndose de la habitual rutina de los tres días de
estas convenciones. Y luego está el Price, este año se consiguió
que la Gran Gala de circo tuviese lugar en el Teatro Circo Price,
sitio emblemático en la historia circense nacional.
El jueves se iniciaron las actividades, con la apertura de puertas y la llegada de los primeros inscritos al recinto de la Almudena, en la Ciudad Universitaria de Madrid. El número de participantes superó toda expectativa, llegando hasta los 450 preinscritos y a los 600 personas que llegaron a pasar en total por el encuentro. Por suerte, este año estaba planificado aprendiendo de errores pasados y la organización no se vió desbordada. Se contaba con la misma carpa de otros años, que tanto color da al encuentro, así como con el pabellón de deportes de Magisterio, que en ocasiones parecía hacerse pequeño.
Para la primera noche
estaban planificadas la proyección de la película “Petit BusRouge”, de los Flying Frenchies; y después el concierto de
los Gazpacho Funky Trio, un divertido grupo de música
compuesto por residentes del propio colegio mayor Chaminade.
El viernes amaneció
con un espectáculo de calle de los divertidos Umami Dance Theatre en
plena Ciudad Universitaria. Después vinieron los primeros talleres
en el pabellón, donde este año se habían instalado muchos aéreos,
disciplinas con la mayor afluencia de alumnos y curiosos, de largo.
Parte del material fue prestado por la Escuela de Circo Carampa, como
mástil y báscula coreana, que también dispuso a algunos de sus
profesores para enseñar correctamente los primeros pasos de las
distintas disciplinas. Durante el resto del fin de semana los
talleres, planificados o espontáneos, se sucedieron, llenando de
color y de ganas de transmitir circo a todo el encuentro.
Umami Dance Theatre. Foto: Malala Ricoy |
La tarde del viernes
estaba reservada para la Gran Gala. Desplazamiento hasta el Price
donde se metieron más de 900 personas que llenaron con sus aplausos
y energía ese recinto circular tan especial. El encargado de
presentar y conducir esta ambiciosa gala fue Wilbur (Víctor Ortiz),
un hilarante acróbata que consiguió que cada entrada suya fuese tan
esperada como las propias actuaciones, acabando con un increíblerebobinado que hizo corear su nombre al público. Abrió la noche el
espectacular número de mazas de luz de la versión española de
Gandini Juggling. Un número de passing entre 6 personas (Jorge
Silvestre, Josu Montón, Víctor García del Valle, Dani Fausto,
Miguel Puerta y Víctor Garmendia) sincronizado con la Sinfonía 25 en Sol menor de W.A. Mozart, del que es imposible apartar la mirada. Después vino una actuación novedosa en un encuentro de malabaristas: Vane Lunática y su poderoso número de pole dance.
Tras ella apareció en escena Miguel Gigosos, un malabarista pucelano
formado en Lido que ofrece un arriesgado número de bolas con
lanzamientos y agarres imposibles. Antes del descanso se bajaron las
revoluciones pero no el asombro con Nacho Ricci (premiado en el pasado Cirque de Demain)
en su cuerda lisa, muy técnico, muy suave, muy fluido, que cierra
con un mortal único.
El Dúo “Entre el sueño y la vigilia” ofrecieron un vistoso y pasional número de danza acrobática a ritmo del tango “Roxanne”. A continuación, el chileno Carlos “Sombra” enmudeció al público con su increíble rutina de mimo y mazas, clavada, con una secuencia de 5 mazas de esas de levantarse del asiento. Cambiando el registro, Miguel Muñoz mostró “Agua”, un número a medio camino entre el contact, la manipulación y la magia, único en su especie, convirtiendo cada gota de agua en esferas de cristal y viceversa. Se acercaba el final y David Severins, desde Holanda, elevó aún más el listón con su número de aros “think outside the circle”, una bellísima rutina, técnicamente perfecta, suave y segura, que acaba con 7 aros. El gran final era para un número diferente y espectacular, el mástil pendular de Saulo Sarmiento, reciente medallista del Demain. El canario exhibe su fuerza y fluidez varios metros por encima del suelo, a medio camino entre el mástil y la danza. Inmejorable final para una Gran Gala que quedará en la memoria de los presentes mucho tiempo (Ver galeria de fotos en Zafir Fotografía)
Sin apenas tiempo para recuperarse de lo vivido, los Boss and Over esperaban al público de nuevo en la carpa. Ofreciendo, pese a los percances, un divertidísimo concierto que mostró el límite de capacidad de la carpa.
El Dúo “Entre el sueño y la vigilia” ofrecieron un vistoso y pasional número de danza acrobática a ritmo del tango “Roxanne”. A continuación, el chileno Carlos “Sombra” enmudeció al público con su increíble rutina de mimo y mazas, clavada, con una secuencia de 5 mazas de esas de levantarse del asiento. Cambiando el registro, Miguel Muñoz mostró “Agua”, un número a medio camino entre el contact, la manipulación y la magia, único en su especie, convirtiendo cada gota de agua en esferas de cristal y viceversa. Se acercaba el final y David Severins, desde Holanda, elevó aún más el listón con su número de aros “think outside the circle”, una bellísima rutina, técnicamente perfecta, suave y segura, que acaba con 7 aros. El gran final era para un número diferente y espectacular, el mástil pendular de Saulo Sarmiento, reciente medallista del Demain. El canario exhibe su fuerza y fluidez varios metros por encima del suelo, a medio camino entre el mástil y la danza. Inmejorable final para una Gran Gala que quedará en la memoria de los presentes mucho tiempo (Ver galeria de fotos en Zafir Fotografía)
Saludo final de los artistas. Foto: Zafir Fotografia |
Tras una noche de
festejos, el sábado se levantó con un torneo de volley maza en
ciernes; el cual, tras varios años de cancelaciones por lluvia, por
fin pudo celebrarse. La pareja ganadora no fue otra que la de Sombra
y El Fedito, ofreciendo jugadas a lo Globetrotter de este peculiar
deporte. El sábado fue oficialmente “el día de los talleres”.
La agenda de talleres no daba más de sí, al igual que el pabellón,
que se convirtió en un hervidero de gente practicando, enseñando y
aprendiendo durante toda la jornada.
Las actividades se
pararon al final de la tarde, para dar lugar al espectáculo
preparado por algunos de los alumnos de Carampa, la escuela de circo
de Madrid. Más de 1 hora donde se sucedieron los números aéreos
(telas, cuerda, trapecio fijo) y un vistoso número de passing
grupal, ante una audiencia creciente por momentos. Casi sin tiempo
para recoger tuvo lugar en la zona de acampada el espectáculo de
Circulum, joven compañía formada por miembros del Aula de Circo
Chaminade, que ofrecen un variadísimo, espectacular y algo tribal
número de fuego, con acrobacias y malabares de todo tipo.
Aún quedaba mucho por
ver, ya que empezaba el Cabaret bajo la carpa, dando ese ambiente tan
especial a cualquier actuación. Más de dos horas de sesión donde
se sucedieron números de todo tipo, presentados por Víctor García,
con el modo “reinona” ON: Itxaso con su pausado número de
mástil, Rémulo Romo y su staff surfero, Igor manipulando mazas,
Pedro García Están recuperando los malabares más clásicos, Íñigo con su
pantomima y bocata de aire, Luis y su imposible actuación con tanga
y desatascadores de por medio, Marco Sugoi combinando break-dance y
contorsionismo, Diegolow segurísimo a los diábolos y Dani y León
con su aplaudido acrodúo. Y por si fuera poco, aún hubo ganas de
fiesta, con un Renegade muy variado que se prolongó hasta las tantas
y a la cerveza apenas le daba tiempo a enfriarse.
Itxaso en el Cabaret |
Con pocas horas de
sueño en el cuerpo, el domingo estuvo revolucionado por la mañana
familiar. Este año acudieron más de 40 niños y familias a
disfrutar de las diversas actividades planificados para ellos, dando
así un paso importante en lo que a difusión del circo se refiere
para las nuevas generaciones.
Espectáculo en la mañana familiar |
Y llegaron las
olimpiadas, por fin, muchos años después, el sol las acompañó,
aunque fuera de justicia. Se prolongaron mucho más de lo esperado
pero nadie se movía de allí, esperando ver cómo discurrían las
pruebas más clásicas entre tanta participación. A destacar una
multitudinaria pelea a la pata coja, la impresionante carrera de mano
a mano de varias parejas y el lanzamiento de diábolo ganado de una
forma épica por Javi Cassi. Por fin, tras un divertido Lip Dub
creado para la ocasión por todo el recinto y donde todos
participaron, se pudo realizar la lanzada que precedía a la comida
popular. La nube de objetos marca el final de todo encuentro, y este
año en el EUCIMA casi se consiguió tapar el sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario