Bien, pues ya vistas las dos primeras entradas, es hora de terminar esta larga crónica con los platos fuertes, como cualquier restaurante que se precie. Acordáos antes de leer la primera y segunda parte.
Los espectáculos principales, esos que tenías pase asegurado al recoger tu entrada, fueron, sin duda los que más expectación reunieron. También los que más debate daban al terminar de verlos, donde los argumentos y las subjetividades volaban de un bando a otro. Y es que críticos y entrenadores somos todos.
Abrió la veda el espectáculo de fin de curso de los
alumnos EP2 (2º año) de la propia escuela Lido: "
Mon sens commun". Máscaras de cebra, trajes de gala, poca escenografía, argumentos complejos para hilvanar los números, todo en consonancia con lo que se espera de un espectáculo francés. 16 artistas de 7 países distintos, con un gran nivel en las diversas disciplinas que presentaron. Destacar la pareja de portes (Max Behrendt y Hanna Flemström), el número de trapecio de Anna Le Bozec con muchísima fuerza, el original modo de ver el mástil de Noémi Bouissou y la charlatanería combinada con los equilibrios de las mazas de Antoine Gibeaux (pese a los fallos). Un placer comprobar la evolución del español
Miguel Gigosos con los malabares. Tiene un número de 3 bolas potentísimo, con ese estilo que él va desarrollando en el que los agarres imposibles y casi acrobáticos son marca de la casa. Terminaron la actuación todos juntos cantando a a capella "
Cajuina" de Caetano Veloso en un bonito y poético final: "Existimos".
Otro esperado espectáculo era el de
Wes Peden y Patrik Elmnert, "Between someonesons". Este americano y este sueco son dos de los jóvenes del momento en Internet. ¿El secreto de ese éxito? Combinar su altísimo nivel técnico con un estilo que cree en la investigación de secuencias nuevas obsesivamente, ésta claramente influida por Jay Gilligan. No tienen personajes ni cuentan una historia, son sólo ellos haciendo sus "burradas" únicas, que en ocasiones se vuelven figuras algo barrocas adornadas con músicas extrañas. Pero éstas se ven compensadas con otros efectos potentísimos visualmente: subir a dos alturas intercambiando tres bolas, la secuencia de 5 mazas cada uno, los aros en equilibrio, los cuerpos que se entrelazan para hacer malabares, etc. Tienen un estilo propio y parecen no cansarse de estar de moda. Ah, y sin apenas fallos, como debe ser.
De Fracto (Guillaume Martinet y Minh Tam Kaplan) jugaban en casa. Un estilo diferente con las bolas, engendrado por Guillaume y ensalzado por Minh Tam, que han explotado, investigado y elevado al máximo. Son secuencias frenéticas con muchas bolas a modo de pequeños actos, plagados de toques de humor. Personajes muy animales que hacen combinaciones imposibles de recogidas, lanzamientos con brazos entrecruzados, golpeos con el cuerpo, y recogidas muy físicas. Todo coordinado con una música minimalista. Impresionante.
La sorpresa del encuentro fue el espectáculo
"Vu" de Etienne Manceu, de la
Cía Sacékripa. Un personaje mudo, obsesivo y meticuloso, que realizará acciones cotidianas de una forma absurda, con objetos familiares. Es la manipulación de objetos, el humor sutil y los detalles inesperados, manteniendo el ritmo y la atención.
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Etienne Manceau. Foto: Alexis Doré |
Y por fin llegó la esperada
Gran Gala, con el misterio de no conocer previamente los artistas, pero algo deslucida por no hacerla en un gran teatro. Fue una gala atípica, muy monotemática, prácticamente todo números de malabares, pero de éstos no hubo diábolo, por ejemplo. La presentaron
Lestroistetes Decon, que estuvieron divertidos, ágiles y poco protagonistas, de agradecer en una gala tan larga. Abrió una curiosa pareja sin nombre descifrable que mezclaban rebote, ukeleles eléctricos y una plataforma de ritmos. Les siguió
Marjolène con su soso y mudo número de rueda alemana, que sólo se le recordará por el topless. Después le tocó a
Takaaki, desde japón con su manipulación de aros, muy limpia. Después una de las sorpresas:
Blizzard Concept (Antoine Therrieux y
Julien Mandier), con un divertido show con aspiradoras y bolas flotantes. Tras ellos,
Thomas, un malabarista francés con una rutina de bolas muy compleja al "estilo francés". Antes de la pausa,
Wes Peden con su número solo, de mazas y bolas, más accesible que otras actuaciones previas. Tras la pausa, el español
Jimmy González, con un número de bolas y danza muy potente. Tras él, el veteranísimo
Michael Davis, elegante, seguro, divertidísimo con su show ajustado tras más de 30 años en escena, y funcionó de maravilla entre tanto malabarista moderno. Se acercaba el final y quedaba
Selyna Bogino con su espectacular y seguro número de antipodismo con aires de circo clásico, que acabó cerrando con 5 balones de baloncesto, de lo mejor de la noche. El gran cierre lo hicieron
Water on Mars: Wes Peden (sí, otra vez), Patrik Elmnert y Tony Pezzo con sus lluvias de malabares por el escenario.
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Water on Mars (Tony Pezzo y Patrik Elmnert). Foto: Luke Burrage |
Y con un extraño y descafeinado
pasacalles por Toulouse, donde había que llevar auriculares donde se oía por radio las cosas que "había que hacer", se llegó a la plaza del Capitolio. El sol de justicia no empequeñeció unas larguísimas
olimpiadas, que se celebraron mezcladas con la final del
Volley Mazas y una reedición de la
espectacular final de Gladiator entre Luke Burrage y Joschen Pfeiffer. Imparable Joschen en ambas. Curiosa la prueba de 5 bolas, que se dejó estar, sin trucos ni nada, lo que supuso que el ganador tuviera que estar 22 minutos haciendo malabares para ganar. Bonita
lanzada al caer la tarde para poder indicar que le toca el turno a Irlanda. Allí nos veremos.
Nota: si queréis ver muchas fotografías de buena calidad de la EJC pasad por la web de Luke Burrage, donde se pueden descargar gratuitamente.
Si sois más de vídeo, estoy haciendo una lista de reproducción con los vídeos interesantes de la EJC, (no os olvidéis de suscribiros en Youtube y Facebook)
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