El jovencísimo Bastien Vivès (Francia, 1984) nos presenta a un joven que se ve obligado a ir a nadar todas las semanas por prescripción terapéutica para aliviar su escoliosis. La historia se sitúa mayoritariamente en la piscina, esa piscina que puedes casi saborear, sentir el cloro en los ojos, como le pasa al protagonista. Para alguien que ha ido a natación unos cuantos años como yo, resulta agradable encontrarse en un cómic con todas esas sensaciones que tan bien refleja el autor, los choques con los otros nadadores, el olor característico, las miradas discretas hacia los demás, el sentir que tu estilo es mucho peor que el de los de alrededor, etc.
Cuando ya estamos situados aparece ella, alegre, radiante, sin complejos. Ahí empieza un súbito interés que todos hemos experimentado y que el autor refleja estupendamente sin decir apenas palabra, jugando con el tamaño de la piscina, los colores y las miradas. Yo al menos me he sentido identificado con el protagonista en muchas ocasiones.
No quiero desvelar más para que podáis disfrutarlo vosotros también. Sólo diré que tras unos momentos intensos, el cómic deja un final que hace que el impulso de releerlo sea irresistible, mezclando una curiosa sensación de relajación y ganas de saber mucho más. A ver qué opináis vosotros.
Datos de interés:
- Autor: Bastien Vivès (también ha firmado obras como Bastien Chanmax)
- Otras obras del Autor: Elle(s), Poungi la Rataille, Dans me Yeux.
- Editorial: Diábolo Ediciones.
- De regalo una entrevista con el autor para los que sepáis francés.
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