Hale, ya tenemos nuevo año, nos ha costado casi un mes no equivocarnos al escribirlo. Más de un mes, caluroso y veraniego, de terracita y de debate interno entre el "qué bien se está" y el "esto no es lo correcto". Debe ser cosa del gobierno, o del no gobierno. Quién nos iba a decir que con un gobierno en funciones todo sigue igual, será que nos tenían engañados. Febrero asoma con la relevancia de una etapa histórica en lo político, de pactos, acuerdos e investiduras y, esperemos, que sin nuevas elecciones. Por lo demás, el circo sigue, como la vida. Los vídeos se acumulan y hay que sacarlos a la luz, que para eso se graban. Disfruten.
Pasen, hay sitio al fondo
1) Chloe Walier. Americana formada en la NECCA. Chloe revisita un número de los de vieja tradición circense: caminar sobre botellas. Uno de esos números que, como espectador, te mantiene en vilo temiendo por los tobillos de la artista. Elegancia, riesgo y una bonita sonrisa hacen un número redondo.
Chloe Walier - Bottle Walking - 2016 Demo <-- font="" for="" go="" ios="" jtv="" playback="" please="" to="">-->
2) Trio Markins. En Madrid tuvimos la inmensa suerte de disfrutar de este trío de rusos en el espectáculo de Navidad del Price. Antes habían estado en el Festival de Figueres. Lo impresionante de este trío de acróbatas sobre rulo (o rola-bola) es el portor, Roman Markins, una pieza sólida y limpia. Ser portor es de lo menos lucido del circo, es doloroso y encima es el ágil el que se lleva los éxitos. No así en este trío, Roman está por encima del resto, es la base que todo ágil quisiera.
3) Teslenko Jugglers. No nos alejamos del Este para poder disfrutar de esta troupe de malabaristas. El estilo ruso a la máxima expresión: técnica limpísima, passing con cientos de objetos viajando rápidos como misiles, ausencia de fallos y una presentación un tanto hortera. Una pasada.
4) Ezra Weill. La cuerda lisa es de esas disciplinas poco vistosas salvo para el ojo entrenado. La dificultad de algunas figuras continúa siendo un misterio para mi. Eso sí, no hay que negarle su elegancia. Me ha alegrado mucho descubrir que hay artistas buscando darle otra vuelta más a la cuerda e intentando fusionarla con otros elementos. Nunca hubiera podido imaginar que quedaría tan bien con un sombrero.
5) Marta Paley. La fusión está de moda y los artistas siguen buscando el equilibrio perfecto entre disciplinas. La danza hace mucho que se imbricó con el circo, llenándolo de una presencia visual que a veces había perdido en pos de la técnica. Rusa y actualmente en el Circus Dreams, Paley combina ballet y cigar boxes, parece que va por el buen camino.
6) Michael Davis. Uno de los grandes, un clásico imperecedero. Sigue actuando y sacando carcajadas allá donde va. Un malabarista con un estilo del humor propio, emitido desde la sobriedad de su voz y sus gestos, pero que funciona siempre. Verle en una gala de la EJC de Toulouse fue un placer, aún más comprobar cómo arrancaba los aplausos entregados de miles de malabaristas, más acostumbrados a la onda moderna del circo.
7) Rowan Atkinson. Otro que ya es un clásico. Mundialmente conocido por ser Mr. Bean (serie que hay que revisitar de cuando en cuando para percibir su genialidad), aquí muestra otro papel, el de un batería jugando con su nuevo instrumento invisible. Técnicas de clown y mimo al alcance de muy pocos.
8) El regalo, las caras de los malabaristas. En la convención de Nüremberg alguien tuvo la maravillosa idea de centrarse en las caras de los malabaristas. Un poema de concentración, de lenguas fuera, de sonrisas y de miradas de disfrute.
Espero que hayan quedado satisfechos. Si se quedan con hambre, este fin de semana se está celebrando el Festival Mondial du Cirque de Demain en París. Cita imprescindible que se puede disfrutar también en streaming:
www.cirquededemain.paris
Pasen, hay sitio al fondo
1) Chloe Walier. Americana formada en la NECCA. Chloe revisita un número de los de vieja tradición circense: caminar sobre botellas. Uno de esos números que, como espectador, te mantiene en vilo temiendo por los tobillos de la artista. Elegancia, riesgo y una bonita sonrisa hacen un número redondo.
Chloe Walier - Bottle Walking - 2016 Demo <-- font="" for="" go="" ios="" jtv="" playback="" please="" to="">-->
2) Trio Markins. En Madrid tuvimos la inmensa suerte de disfrutar de este trío de rusos en el espectáculo de Navidad del Price. Antes habían estado en el Festival de Figueres. Lo impresionante de este trío de acróbatas sobre rulo (o rola-bola) es el portor, Roman Markins, una pieza sólida y limpia. Ser portor es de lo menos lucido del circo, es doloroso y encima es el ágil el que se lleva los éxitos. No así en este trío, Roman está por encima del resto, es la base que todo ágil quisiera.
3) Teslenko Jugglers. No nos alejamos del Este para poder disfrutar de esta troupe de malabaristas. El estilo ruso a la máxima expresión: técnica limpísima, passing con cientos de objetos viajando rápidos como misiles, ausencia de fallos y una presentación un tanto hortera. Una pasada.
4) Ezra Weill. La cuerda lisa es de esas disciplinas poco vistosas salvo para el ojo entrenado. La dificultad de algunas figuras continúa siendo un misterio para mi. Eso sí, no hay que negarle su elegancia. Me ha alegrado mucho descubrir que hay artistas buscando darle otra vuelta más a la cuerda e intentando fusionarla con otros elementos. Nunca hubiera podido imaginar que quedaría tan bien con un sombrero.
5) Marta Paley. La fusión está de moda y los artistas siguen buscando el equilibrio perfecto entre disciplinas. La danza hace mucho que se imbricó con el circo, llenándolo de una presencia visual que a veces había perdido en pos de la técnica. Rusa y actualmente en el Circus Dreams, Paley combina ballet y cigar boxes, parece que va por el buen camino.
6) Michael Davis. Uno de los grandes, un clásico imperecedero. Sigue actuando y sacando carcajadas allá donde va. Un malabarista con un estilo del humor propio, emitido desde la sobriedad de su voz y sus gestos, pero que funciona siempre. Verle en una gala de la EJC de Toulouse fue un placer, aún más comprobar cómo arrancaba los aplausos entregados de miles de malabaristas, más acostumbrados a la onda moderna del circo.
7) Rowan Atkinson. Otro que ya es un clásico. Mundialmente conocido por ser Mr. Bean (serie que hay que revisitar de cuando en cuando para percibir su genialidad), aquí muestra otro papel, el de un batería jugando con su nuevo instrumento invisible. Técnicas de clown y mimo al alcance de muy pocos.
8) El regalo, las caras de los malabaristas. En la convención de Nüremberg alguien tuvo la maravillosa idea de centrarse en las caras de los malabaristas. Un poema de concentración, de lenguas fuera, de sonrisas y de miradas de disfrute.
Espero que hayan quedado satisfechos. Si se quedan con hambre, este fin de semana se está celebrando el Festival Mondial du Cirque de Demain en París. Cita imprescindible que se puede disfrutar también en streaming:
www.cirquededemain.paris
¡Salud y mucho circo!