Se trata de una revisión de los antiguos cabarets de los años 20, actualizada a los tiempos que corren, mezclando cabaret y circo. Nos recibe Jacobo Espina con danzas orientales mientas el público se puede sentar alredor del escenario central en mesas donde le podrán servir comida y bebida, o bien verlo como siempre en las butacas del graderío (consejo, no vayáis a las laterales porque veréis mucho la espalda de los artistas).
El show es presentado y conducido por un flojísimo Aitor Basauri, clown y actor que trabaja en Londres en la compañía Spymonkey. Según esta entrevista, dice representar un personaje sin gracia al que le queda grande el show y no tiene gracia. No sé si será que hace muy bien ese papel, pero el caso es que no llega a conectar nunca con el público, no es gracioso y quita toda la magia a los artistas entrevistándoles de forma absurda tras cada actuación; muy prescindible.
Lo bueno es que todo lo demás tiene un nivel mucho más alto. Conducen también el cabaret el polifacético músico de sangre azul Alfonso Vilallonga, que va de menos a más interpretando varias canciones en diferentes idiomas; y las Pussycats o Aerialistas o Cupcake girls, como llaman durante el show a estas 6 artistas estadounidenses que tan pronto bailan al más puro estilo cabaret (silla incluida), como hacen un bonito y dinámico número de aros aéreos jugando mucho con las simetrías.
En algunos momentos el cabaret parece una reunión de viejas glorias artísticas, como la floja actuación de cuerda lisa de Marina Bouglione (apellido de gran pedigree circense, por cierto) que se hizo larga y repetitiva; o el striptease clásico de Catherine D'Lish, que parece un poco una diva venida a menos, pero que goza de una gran carrera artística y prestigio internacional. Incluso roza lo bizarro con la sonámbula tragasables llamada Perla Preciosa.
Por suerte, me quedo con algunas actuaciones de grandísimo nivel que salvan el espectáculo y hace que merezca la pena ir a verlo:
Ver a Nathalie Enterline es un placer por comprobar como esta bailarina, que fuera pareja del mismísimo Francis Brunn, sigue teniendo un numerazo de bastón y sombrero y unas tablas impresionantes, os dejo con su vídeo porque seguro que os va a gustar.
Molly Saudek nos regala un impresionante número de equilibrios sobre cable, que comienza lento y luego acelera a ritmo de swing para conseguir que no podamos cerrar la boca (vídeo). Los alemanes Strahlemann & Söhne nos puesieron el corazón en un puño con su emocionante y divertido número de passing de mazas mientras se desnudan (vídeo). El ilusionista Sergi Buka, con su espectáculo "lumos" dió el toque de magia al hacer un show en el que dominaba a su antojo la luz. La rusa Gala nos muestra un espectacular número de barra americana (o pole dance) en el que lo acrobático destaca sobre lo erótico y asombra por la fuerza con la que actúa.
Y luego está Jacobo Espina, andrógino bailarín especializado en danzas orientales que va apareciendo en distintas partes del cabaret, ya sea girando como un derviche, bailando mientras restalla un látigo o haciendo una asombrosa danza del vientre, de lo mejor de la noche por su increíble carisma y presencia en escena (como curiosidad decir que es hijo de la ex-ministra Rosa Conde y ha sido presentador del espectáculo erótico del Circo del Sol, Zumanity).
Todo ello aderezado con unos magníficos músicos en vivo dirigidos por Germán Díaz y que acompañan perfectamente a los artístas en sus números.
En resumen, un buen cabaret con 5 artistas que ellos solos merecen la pena ir a verlos, lástima de presentador y algún que otro número. Os lo recomiendo para hacer más llevadero el calor madrileño.
Información Extra:
- Información oficial de la página del Circo Price y compra de entradas.
- Entrevista a Andrew Watson sobre este espectáculo.
- Reportaje sobre Jacobo Espina desde EEUU, sobre su participación en Zumanity (en inglés)
- Una buena crónica del cabaret en Repúblicacultural.
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